Renault y Nissan pactan un ajuste histórico en su alianza: la francesa reduce al 15% su participación en la japonesa

Renault y Nissan pactan un ajuste histórico en su alianza: la francesa reduce al 15% su participación en la japonesa

Los fabricantes de automóviles Renault y Nissan han pactado una profunda reorganización de la alianza que sellaron hace más de dos décadas. El grupo francés reducirá del 43% al 15% las acciones en su socio japonés, de forma que los dos tendrán la misma participación en la otra compañía, según han anunciado este lunes en un comunicado. Con este acuerdo, Nissan logra su objetivo de reequilibrar una relación que no ha estado exenta de tensiones en los últimos años y Renault consigue que su aliado invierta en su unidad de negocio de coche eléctrico.

El fabricante japonés llevaba tiempo intentando limitar el control de la firma francesa en su gestión, una situación que siempre ha sido foco de fricción entre las dos firmas. A partir de ahora las compañías se tratarán como iguales: tendrán derechos de voto equivalentes a su participación del 15%, no más. En el esquema actual dominante de Renault sobre Nissan, la firma japonesa no tenía derecho de voto en el grupo francés. Las empresas aseguran que este acuerdo garantiza “una gobernanza equilibrada”.

El 28,4% restante de la participación de Renault en Nissan se transferirá a un fideicomiso francés, donde los derechos de voto serán “neutralizados” para la mayoría de las decisiones, manteniendo los derechos económicos (dividendos e ingresos por venta de acciones). “Renault dará instrucción al fideicomisario de vender estas acciones de Nissan si las condiciones económicas son razonables para Renault, en un proceso organizado y ordenado, pero no habrá ninguna obligación de vender sus acciones en un plazo específico predeterminado”, afirman las empresas. La operación está pendiente de la aprobación de los consejos de administración de Renault y de Nissan.

Los ejecutivos de las dos compañías llevan meses trabajando en el acuerdo, cuyo objetivo es “reforzar los vínculos de la alianza y maximizar la creación de valor para todas las partes”. Renault logra, a cambio de renunciar a su primacía en la alianza, que Nissan invierta en Ampere, la unidad de negocio de desarrollo del coche eléctrico de la firma gala, “con el objetivo de convertirse en un accionista estratégico”. No se ha cuantificado, de momento, el montante de la inversión. También se han comprometido a colaborar en una serie de proyectos conjuntos en América Latina, India y Europa.

El pacto supone uno de los mayores cambios en la relación entre los dos gigantes del automóvil desde que se forjó su alianza en 1999. Entonces, la francesa salió al rescate de la nipona, que atravesaba problemas económicos, con una inversión inicial de 4.000 millones de dólares. En 2002, Nissan entró en el capital de Renault con una participación del 15%, pero sin derechos de voto. Con los años, la firma gala fue aumentando su peso en el capital de su socia nipona. Carlos Ghosn, expresidente de ambas firmas, fue uno de los principales urdidores de la alianza y durante años logró que se superaran las tensiones y suspicacias entre los dos fabricantes, provocadas en numerosas ocasiones por el desequilibrio de poder entre los socios.

Desde que Ghosn salió del grupo a finales de 2018, tras ser detenido en Japón por fraude fiscal, las dos empresas han negociado nuevas fórmulas de cooperación —incluso se llegó a publicar en la prensa que la alianza estuvo a punto de romperse— y han añadido una tercera pata, Mitsubishi, que coopera en el desarrollo de una treintena de modelos de coche eléctrico. Uno de los momentos más tensos se produjo en 2019, cuando trascendió que Renault contemplaba una fusión a la que Nissan puso freno.

Las negociaciones para alcanzar el acuerdo anunciado este lunes han sido muy tensas, tanto por diferencias en temas de propiedad intelectual como por la valoración del negocio del coche eléctrico de Renault, según fuentes citadas por la agencia Bloomberg. “El reequilibrio en la estructura accionarial debería ayer a hacer la alianza viable, mantener las sinergias y abrir nuevas oportunidades estratégicas”, según comenta Philippe Houchois, analista de Jefferies, en una nota.

Mientras Nissan ha cerrado con una pérdida del 0,68% en el mercado japonés, las acciones de Renault han caído un 4,4%, hasta los 36,52 euros, en la Bolsa de París. El fabricante francés, dirigido por Luca de Meo, tuvo un año complicado el año pasado: en mayo anunció la venta a las autoridades rusas sus activos y renunciar a la fabricación de vehículos en el país, que hasta entonces era su segundo mercado. Aquella operación, motivada por el estallido de la guerra en Ucrania, le ha supuesto unas pérdidas netas de 2.200 millones de euros y le llevó a registrar pérdidas de 1.666 millones en el primer semestre. Nissan también ha vendido todos sus activos al Estado ruso por un euro, con un impacto negativo en sus cuentas de 707 millones.

El sector del automóvil se encuentra en un momento delicado que también afecta a Nissan y Renault. La falta de suministro de componentes y los costes energéticos y de transporte ha impactado de forma negativa en la oferta, y las matriculaciones de turismos fueron a la baja en la UE un 4,6%, aunque se ha detectado un repunte a finales de año, según la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles.