Salud mental, un riesgo que aumentó en la pandemia

Salud mental, un riesgo que aumentó en la pandemia

El deterioro severo de la salud mental es uno de los 10 mayores riesgos mundiales que ha identificado un panel de expertos entrevistados por el Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés).

Se refieren a los trastornos de salud mental a nivel mundial que pueden tener la capacidad para afectar al bienestar, la cohesión social y la productividad. Caben en esta clasificación perturbaciones como la ansiedad, demencia, depresión, soledad y estrés.

En el “Global Risk Report 2022”, los expertos del WEF enfatizan que tras la irrupción de la pandemia, tres riesgos sociales se han materializado con fuerza y son identificados como “cicatrices de la pandemia”: la erosión de la cohesión social, las crisis por la subsistencia y precisamente, el deterioro de la salud mental.

Según los datos del WEF, la pandemia condujo a 53 millones de personas más a la depresión que era, desde antes del Covid 19, un factor de alerta para el planeta.

Desde el 2019, los expertos del WEF advirtieron que la pérdida del bienestar psicológico y emocional de las personas se había convertido en uno de los mayores riesgos mundiales.

La Organización Mundial de la Salud ya había previsto que para el 2020 la depresión sería la segunda causa de discapacidad en el mundo y la primera en países emergentes o en vías de desarrollo.

“Con la emergencia sanitaria se presentaron daños colaterales en la salud porque dejaron de priorizarse otras enfermedades. Este fue el caso para los padecimientos de tipo mental”, señalan los expertos del WEF.

Psiquiatras insuficientes

Un factor determinante en esta crisis es el insuficiente número de psiquiatras capacitados para atender enfermedades mentales. El caso de África ha sido emblemático desde el 2019, pero también pasa en Estados Unidos y otros países emergentes.

Según el documento, había ya personas vulnerables o con predisposición para los trastornos mentales. Pero la situación de la pandemia se volvió un caldo de cultivo perfecto para perturbaciones relacionadas con el miedo al contagio así como fobias asociadas al confinamiento.