En la vida cotidiana ya es muy frecuente que, de manera habitual, se utilicen asistentes digitales. Siri, en iOS; Google Asistant, en Android, y Alexa, en Amazon, son herramientas capaces de realizar labores sencillas y rutinarias. Utilizan tecnologías como el procesamiento del lenguaje natural, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático para entender las preguntas y comandos de los usuarios y proporcionar respuestas útiles.
Son algoritmos diseñados para interactuar con los usuarios y proporcionar información, realizar tareas o ejecutar comandos a través de una interfaz de voz o texto. En el caso de los automóviles, cada vez es más frecuente encontrarse con uno de estos asistentes para realizar tareas ordenadas por la voz y que eliminen la necesidad de retirar las manos del volante. Algunos fabricantes deciden desarrollar el suyo propio, como BMW y Mercedes y otros se aprovechan de que Android Auto y Car Play lo incluyen directamente en sus interfaces y están disponibles en todos los vehículos que las implementan. Alexa, por su parte, puede incorporarse de manera nativa en el sistema del coche.
La patente de Toyota
A todos ellos se suma ahora Toyota que ha detallado una patente llamada ‘asistente personal virtual automotriz”, que incluye nuevas tecnologías que brindarán a los conductores unas capacidades y habilidades digitales superiores.
Al igual que en el resto de los casos, el asistente digital de Toyota será capaz de responder a una frase de activación. También realizará tareas típicas, como hacer llamadas telefónicas, buscar en la web o controlar la navegación. Pero el de los japoneses irá un paso más allá. Será mucho más avanzado, ya que incorporará tecnología con acceso a datos basados en el vehículo y en la nube. Su información provendrá de las cámaras de vídeo, de los sensores externos e internos y de la información personal del conductor, lo que permitiría un motor predictivo para ejecutar las órdenes.
Usará la tecnología instalada en la cabina para determinar la carga cognitiva del conductor. Dependiendo de los resultados, las notificaciones pueden retrasarse hasta que el sistema decida que es seguro que se reciba la información. Por ejemplo, si las condiciones climáticas externas son difíciles como viento intenso, fuertes lluvias o nevadas, podría decidir bloquear las notificaciones. De esta manera, la atención del conductor permanecerá al cien por cien en la carretera.
Toyota quiere que estas capacidades inteligentes de su asistente digital estén impulsadas por un modelo de interacción natural. El conductor puede simplemente decir que necesita un café para que este le proporcione un listado de cafeterías cercanas. Lo mismo para la gasolina o la recarga de la batería. El asistente puede buscar las estaciones más cercanas y configurar la navegación contando con ellas. Incluso puede detectar que se está quedando sin autonomía y sugerir una parada sin que nadie le pregunte.
La conexión con los sensores y los sistemas de la cabina permite que el usuario reciba información muy avanzada. Puede preguntar si los niños están abrochados. Entonces, el sistema busca el estado de los cinturones de seguridad para todos los asientos y lanza la información. También puede monitorizar el interior de la cabina para advertir de incidencias. Por ejemplo, cuando se apaga el motor y se sale del vehículo, puede determinar si un niño todavía tiene el cinturón abrochado y notificarlo al conductor. Además, un dispositivo móvil conectado permitiría la comunicación permanente entre el conductor y el asistente, incluso cuando no está en el automóvil.
El asistente de Toyota todavía está en la etapa de patente, pero todas las características extra que incluyen se adaptan perfectamente a las necesidades de la conducción, y no al contrario. Es de esperar que el fabricante japonés lo desarrolle definitivamente y lo implemente en todos sus modelos lo antes posible.