John Deere: expansión, adquisición y cambios

John Deere: expansión, adquisición y cambios

Recientemente Construcción Latinoamericana (CLA) entrevistó a Roberto Marques, director comercial de construcción y forestal de John Deere en Brasil, espacio en el que el entrevistado abordó varios temas relevantes para la empresa, incluyendo la adquisición de Wirtgen Group, la finalización del joint venture con Hitachi, la cadena de suministros y el desarrollo del mercado en América Latina.

Desde que John Deere adquirió Wirtgen Group en 2017 en un estimado de US$5.200 millones, la empresa ha ampliado significativamente su oferta de equipos, cubriendo además construcción vial y trituración y cribado, con marcas como Wirtgen, Vögele, Hamm, Kleemann y Ciber. Uno de los primeros cambios que se produjeron se relaciona con la adaptación de los equipos del grupo alemán para la utilización de motores John Deere, además de buscar una sinergia de muchos proveedores para utilizar componentes comunes en el portafolio de productos de la empresa, explica Marques.

Asimismo, ha habido un proceso de consolidación en la red de distribución de la empresa en América Latina. De acuerdo con el ejecutivo, Wirtgen atendía muchos mercados de manera directa, principalmente en Europa, mientras que en América Latina había una mezcla. “Incluso en Brasil había territorios con atención directa y otros con distribuidores. Algunos de ellos, desde antes de la adquisición, eran distribuidores también de John Deere. Con la compra del conglomerado alemán se comenzó un proceso de consolidación en aquellos casos que hacía sentido. Pero hoy la gran mayoría son concesionarios de ambas marcas”, continúa.

Dentro de los cambios producto de esta adquisición, no se puede dejar de mencionar el crecimiento de la empresa en términos de ingresos. Según el ranking Yellow Table 2017, John Deere se posicionaba en el puesto número 7 entre los 50 principales fabricantes de equipos de construcción del mundo, mientras que en la edición del año pasado la empresa escaló a la quinta posición, con ingresos por unos US$11.368 millones.

La adquisición del Grupo Wirtgen “fue un movimiento muy fuerte en presencia del mercado y en el portafolio de equipos”, define Marques.

Una nueva etapa
Además de esta compra otra importante decisión tomada por John Deere fue el de separar aguas con Hitachi. Ambas empresas tenían un joint venture de más de 30 años de fabricación conjunta para las Américas y a pesar del éxito comprobado de esta asociación, ambas compañías buscaron caminos separados para avanzar en sus propios desarrollos de manera más rápida. “Esto fue con el fin de acelerar el desarrollo tecnológico para hacer que las operaciones de nuestros clientes sean cada vez más sostenibles, inteligentes y seguras. John Deere continúa invirtiendo y aportando innovaciones para complementar e integrar globalmente toda su cartera”, dice Marques.

El fin de esta asociación significó que John Deere adquiriera las fábricas de excavadoras de la empresa conjunta en Indaiatuba, Brasil, Kernersville, Estados Unidos y Columbia Británica, Canadá.

Tras la adquisición, John Deere continúa controlando el diseño de su excavadora hidráulica, en todos los productos (rango de potencia y serie) y las actualizaciones de funciones, lo que permite responder más rápidamente a los requisitos del cliente e integrar las excavadoras con otros productos de la empresa

Cadena de suministros
En cuanto a la cadena de suministros, Marques reconoce que ha sido un tema importante para todas las industrias durante la pandemia. Sin embargo, destaca que John Deere ha logrado superar bien esta ola gracias a la flexibilidad de sus fábricas. “Creo que nosotros hemos logrado superar muy bien esta ola negativa, ya que toda nuestra gente ha hecho un trabajo muy bueno para mantener el flujo de componentes, funcionando de manera adecuada. Claro, como todos, tuvimos impactos en lo que es la rapidez para obtener los componentes y las fábricas debieron readecuar muchas veces sus planes de trabajo. Fue un proceso que requirió mucho dinamismo y flexibilidad para que pudieran manejar muy bien el flujo de componentes que no era como el que estábamos acostumbrados previos a la pandemia, y pudimos atender la demanda de acuerdo con nuestra capacidad. Ahora está todo mucho más tranquilo”, afirma.

Además del aspecto de los componentes, otro factor relevante que afectó a la industria fue la fuerte alza en el valor del acero. El valor de este insumo experimentó una gran volatilidad debido a diversos factores económicos y geopolíticos. Según datos del World Steel Association, en 2019 el precio promedio del acero laminado en caliente fue de alrededor de US$550 por tonelada, mientras que, en 2021, el precio promedio fue de alrededor de US$1.000 por tonelada, con peaks que alcanzaron los US$1.300. Aunque ya el acero se ha ido normalizando y según Fitch Solutions el promedio en 2022 estaría en torno a los US$750 por tonelada y para 2023-2025 espera valores cercanos a los US$535 por tonelada.

Por último, otro índice que fluctuó con fuerza durante la pandemia, y que actualmente ha mejorado, pero no del todo, es el costo de los fletes. “Este es un aspecto especialmente importante, porque afecta tanto a la importación de componentes, como a las exportaciones de los equipos”, comenta Marques.

Desarrollo del mercado
En cuanto al desarrollo del mercado, el ejecutivo señala que América Latina es una región muy interesante y que ha ido ganando cada vez más relevancia. De acuerdo con algunos datos aportados por Marques, durante 2022 la venta de equipos de construcción de línea amarilla debería haber alcanzado unas 55.000 unidades (alrededor de 35.000 en Brasil). “La industria de la maquinaria de construcción en la región es bastante grande y similar a la de Estados Unidos. Tenemos un rol considerable en las Américas, como un todo”.