Fecha: Periodista: Fuente: Ante un escenario económico adverso, veo al sector agrícola como una plataforma esencial para emprender el camino de la recuperación. Tan es así que hace unos días, en un foro donde me tocó compartir estrado con el secretario de Agricultura, Víctor Villalobos, él mismo nos lo recordó: «El campo no se ha […]

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El campo mexicano: motor de la recuperación económica

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Ante un escenario económico adverso, veo al sector agrícola como una plataforma esencial para emprender el camino de la recuperación. Tan es así que hace unos días, en un foro donde me tocó compartir estrado con el secretario de Agricultura, Víctor Villalobos, él mismo nos lo recordó: «El campo no se ha detenido y la agroindustria ha continuado trabajando». En PepsiCo Alimentos México, como empresa agroindustrial, nos tomamos esta responsabilidad muy en serio. Dado el estrecho vínculo que tejemos día a día con el campo mexicano —con más de 110 años de presencia en el país—, tenemos experiencia de sobra para confirmar que pocos sectores impulsan tanto el desarrollo económico y social como lo hace el sector agrícola. Sin embargo, para que este sector despliegue todo su potencial, se necesita más que buena voluntad. Se requiere, entre muchas otras cosas, el compromiso de todos los actores involucrados en el desarrollo del campo. Y es aquí que el sector agroindustrial tiene un papel fundamental: para crear empleos, para propiciar la incorporación de tecnología sostenible y, más importante, para dar certidumbre a nuestros productores de que estaremos con ellos en el corto, mediano y largo plazos. Pongo como ejemplo a Sabritas —que cuenta con más de 75 años de presencia en el gusto de los mexicanos—, una de nuestras marcas que ha logrado posicionarse como el principal comprador de papa de uso industrial en México: hoy consume alrededor de 20% de la producción nacional. Desde hace años, Sabritas trabaja con los agricultores mediante un contrato; este acuerdo da a los productores la certeza de que, a pesar de cualquier situación, esta marca de PepsiCo les comprará el total de su producción a un precio competitivo y además contarán con todo nuestro acompañamiento y respaldo. 

 

Esta certidumbre les permite a nuestros socios productores invertir y reinvertir su dinero, así como contratar trabajadores con la tranquilidad de que contarán con Sabritas como cliente a largo plazo. Esto se ve reflejado en localidades como La Soledad, Nuevo León, la cual, gracias a fuentes de ingreso digno, pasó de tener poco menos de 150 habitantes —hace cinco años— a más de 500 personas que hoy trabajan en México, por México. Lo mismo pasa en los demás estados donde cultivamos nuestras papas (Chihuahua, Coahuila, Baja California, Jalisco, Sinaloa, Sonora y Veracruz). Otro ejemplo: un estudio de la consultora Oxford Economics detalla que, derivado de nuestra cadena de valor, PepsiCo crea alrededor de 40 mil 850 empleos indirectos, tan sólo en el campo mexicano (además de los más de 80 mil trabajadores que pertenecen a nuestro Sistema PepsiCo México). Y la apuesta por el campo mexicano no se queda ahí: 100% de nuestras papas son nacionales y 100% de nuestras compras de maíz se hacen a productores locales. Ahora, los resultados económicos no significan nada sin un efecto positivo en el medio ambiente y en las comunidades. De ahí la razón de ser de nuestro programa de agricultura sostenible, tanto en el manejo del agua y en el cuidado de los suelos como en garantizar la seguridad y los derechos humanos de las personas que trabajan en el campo. Es decir, para PepsiCo sólo tiene sentido crecer si lo hacemos de la mano de nuestros de trabajadores del campo. Porque si algo hemos aprendido después de tantos años en este país, es sobre la pasión, el cariño y el cuidado que los agricultores nacionales le ponen a cada cosecha. México tiene en el campo una oportunidad única. No sólo económica, sino para el bienestar de miles si no es que de millones de mexicanos. Los esfuerzos deberán ser multisectoriales para que preserven el tejido social y el económico, así como el patrimonio natural. Hay que creer en el campo, hay que invertir en él para que continúe como el motor de la recuperación económica de todos los mexicanos. 

 

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